En aquel entonces incurrí en una indecible soberbia al decirme que te conocía, por que no te conocía nada y ahora reincido en el mismo errado camino esta vez con inconfesable ingenuidad al pensarme la primera en amarte, en anhelarte, en desearte...
¿Es esto egoísmo o vanidad?
No hay comentarios.:
Publicar un comentario