La felicidad se trata de lo cotidiano

 

 Soñé que estaba volando un avión pero quizá solo era una simulación premeditada para fracasar, y al aterrizar salía corriendo por qué había quedado de ver a alguien en su casa, cuando llegaba él ya había salido pero lo alcanzaba cerca de su casa. Era un muchacho delgado alto con el cabello lacio lo tomaba del brazo y volvíamos a su casa. Para entrar yo ponia las palmas hacia arriba y tenía un billete de 200 en cada mano, al voltear la palma hacia el suelo los billetes desaparecían y entraba como en otra dimensión. Ahí entraba como en estado somnoliento y empezaba a tener visiones, no recuerdo de qué pero era para aprender o recordar cosas. Hacia un esfuerzo y despertaba le decía a aquel muchacho que solo quería recostarme un momento a su lado sin dormir. En la cama donde me acosté había un número 11. Desperté. 

 Soñé que tenía una herida en el brazo derecho,  como si algo metálico se hubiera impactado y no pudo salir, y por fuerza de sacarlo yo misma me hacía una herida en la zona posterior, eso me lastimaba aún más y debía ir al hospital… me hacían un ultrasonido pero parecía de otro nivel se podían ver los eritrocitos saliendo por los vasos sanguíneos y vi que tenía una lesión vascular. No sé en qué momento tomaron sangre y estaba como en unas esferas donde se coagulaba concéntricamente y eso quería decir que era sangre venosa. Parecía tecnología muy avanzada, me desperté antes de saber si un vascular me valoraría. 

 Ayer soñé con mi papá, venía a visitarme y me decía que estaría conmigo en lo que mi mamá estaba ausente. Traía unas orquídeas en una especie de macetero vertical de tela, ninguna tenía flores, eran solo hojas.