Recuerdo cuando era pequeña y estaba aprendiendo a nadar, recuerdo que hacía un esfuerzo enorme para llegar de una orilla a la otra, aguantando la respiración, pataleando con desesperación para llegar rápido del otro lado ; sostenerme del borde y respirar. Esa sensación de desesperación la recuerdo ahora como si en el transcurso de la semana aguantara la respiración tratando de llegar de prisa al fin de semana para volver a tomar aire… y no asfixiarme.
Soñé que llegaba a la sala de espera de rayos x de lo que parecía un hospital privado. Ahí estaba un hombre entre 50 y 60 años, guapo de ojos claros que parecían fosforescentes, él decía que estaba esperando a alguien pero platicaba con las mujeres que estaban ahí. Yo salía e iba a encontrar a mi mamá, había ido a hacerse estudios y yo regresaba a la sala a recogerlos; veía de nuevo al señor y le preguntaba por qué seguía ahí. Respondía que estaba ahí para ver a su antiguo amor de juventud y no se iría hasta encontrarla. Salí y se lo decía a mi mamá y era ella.
Es frecuente que tenga veladas como la de hoy donde el sueño se escapa de mi noche, a veces en mi casa pero más frecuentemente en el hospital. En lo posible evitó mirar el celular, primero por que su luz en la penumbra lastima mis ojos y segundo por que en ocasiones mi curiosidad me lleva a redes que lastiman además de mis ojos también mi corazón. Entonces prefiero solo mirar hacia arriba y mis pensamientos (generalmente los mismos) rebotan entre las aristas del techo, que conozco ya de memoria. Particularmente recuerdo la noche del viernes 13 de mayo, que por más alejada que haya quedado, aún permanecen frescos en mi memoria el hilo de pensamientos y de las futuras decisiones que tan inexorables sentí en ese instante y que con la claridad de la mañana perdieron fuerza para convertirse en tímidas dudas. Lo que planeé hacer, nunca lo hice y quizá no importe; pero hoy (esta noche como otras antes) he vuelvo a extrañar la sensación de valor y determinación de aquella madrugada.
Ya no recuerdo bien, soñé que debía abrir una habitación o una maleta… pero al buscar en mis bolsillos, no tenia las llaves. Intuía que debía pedirlas en la recepción de un hotel… y en un papel tenía anotados el nombre y el país de origen de la persona que me daría las llaves, pero ya los he olvidado solo recuerdo que estaba escrito el año: 1904.
No solo no he olvidado el número, ademas lo he traído en la cabeza desde el día del sueño. Al sumarlo da 5. El 5 es el número del cambio. Es raro que los sueños me den números.
Soñé una historia extraña.
Era una pareja de enamorados pero mi sueño era como muchas versiones de su historia, en ninguna estaban juntos, pero en todas estaban atrapados entre sí, la chica buscándolo y él vigilándola sin permitirle acercarse. Quizá inició el enamoramiento en los 60 (hice el cálculo) y de jóvenes los imaginaba en blanco y negro, pero en la época actual eran viejitos.
En la primera trama eran jóvenes ella lo buscaba incansablemente y entraba a trabajar a un lugar donde lo encontraba, él para librarse de lo que representaba ella en su vida (vulnerabilidad ?, no se), la asesinaba.
En otra historia eran ancianos ella solitaria lo buscó toda su vida y hablaba sobre él con extraños que conocía en lugares público, él jamás estuvo lejos siempre la seguía y la vigilaba pero nunca se acercaba. En la última escena estaban en un comedor o cafetería en una estación de trenes y cruzaban miradas, ella se emocionaba y se apresuraba a acercarse pero al ver que él quería huir, ella decidía sólo sonreír y saludarlo con la mano antes de dar la media vuelta.
En otra historia él era un viejito había abierto una florería o una tienda de dulces y era la inauguración, sus hijas estaban celebrando con él. Pero una de ellas decía que también debían incluir el recuerdo de la viejita y llevaba una urna con cenizas, fotografías y cartas amarradas con un listón; eso molestaba al viejito que seguía enojado con el recuerdo de ella. Después las hijas estaban viajando en un tren, una de ellas estaba enferma de la misma enfermedad que mató a la viejita y en sus cosas de recuerdo encontraban un cofre, en el interior había un jabón.
Soñé con un maratón, era por mi casa veía a tres maratonistas rodear la cuadra. Corría tras ellos; y en la calle de atrás, había un prado y una casa solitaria parecía abandonada. Me detenía frente a la casa y “algo” me susurraba que buscara casas abandonadas y las fotografiara. Saque mi celular para tomar la foto y en ese momento una luz que venía del cielo iluminaba la casa de manera que se veían las habitaciones vacías. Y al tomar la foto me transportaba a otro lugar estaba sentada en una mecedora en un lugar que no conozco
Ayer volví a ver la película de Kardec pero ya era tarde y a la mitad me dio mucho sueño y me fui a dormir. Empecé a soñar que estaba en un banco o quizá en una estación de trenes donde las ventanillas de la taquilla eran doradas e intentaba sacar una cita medica con Allan Kardec, cuando me di la vuelta estaba justo de tras de mi. Yo seguía a Kardec hacia un jardín tenía algo que preguntarle pero ahora ya no lo recuerdo, de repente desaparecía.
Me encontraba en una colina y en la cima habían muchas flores amarillas muy bonitas pero tenían muchas abejas y por eso no me acercaba. Pero aparecía mi mamá, nos acercábamos y con la imprudencia que la caracteriza o quizá con la convicción de que no iba a pasar nada, arrancó una planta completa con raíces, tallo, flores y abejas y dijo que la plantaría en la casa. Yo iba caminando a tras de ella. Ahí me desperté…
7/9
No se donde estás pero sigues aquí
en medio de todo durmiendo en mi sueño
Y sé que el destino se burla de mi
¿Donde está mi suerte, a donde van tus pasos ?
¿Donde está el olvido, donde está el fracaso ?
Bendita la noche en que te conocí.
*** Se empieza a poner más difícil, este número en la playlist se lo disputaron 3 canciones y ganó esta.
Soñé con mi papá, había cruzado la calle pero regresaba para hablar conmigo. Hacia un círculo con sus manos juntando los pulgares y los dedos medios y se materializaba un disco dorado con la flor de la vida de la geometría sagrada, me la daba y decía que nunca era tarde para aprender cosas que te gustan... y decía más cosas pero ya no las recuerdo …
Creo que es mejor escribir los sueños cuando recién despiertas así están más frescos y se recuerdan más detalles. Soñé que despertaba en mi habitación, pero no era yo, era otra chava sentía preocupación y quizá tristeza. Había algo que me hacía percibir humedad en la habitación. Miraba hacia el closet y veía un short azul, creo que había faltado a la escuela 2 semanas y sentía que podían darme de baja pero no sé bien si es me preocupaba o no hacía una transferencia para pagar la colegiatura y eso me daba seguridad. Tenía la sensación de que acababa de mudarme a ese lugar aunque la habitación era muy parecida a mi habitación real.
Sonaba el teléfono alguien respondía (no sé si mi mamá) y me lo daba (la voz del que llamaba me parecía familiar y creo que podría haber sido o no de J, pero tal vez si)… era mi ex novio de ese sueño, me decía que le diera mi nueva dirección para ir a verme, ya que no éramos amigos si éramos personas que se preocupaban el uno por el otro, que en sus enseñanzas (parece que era algún rabino o ministro religioso o algo así) había meditado eso, hacía referencia de otra chica por la que parecía me había abandonado y con quien se iría el siguiente lunes (en mi sueño creo que era jueves ). No le daba la dirección y con algunas palabras rudas y mentiras le daba una evasiva para las que que somos buenas las mujeres. Me asomaba por la ventana ( que estaba en un 6 o 7 piso) como para comprobar que no estuviera ahí y no lo estaba, se alcanzaba a visualizar un lago a la vuelta de la esquina, era un lago techado.
Salía de la habitación y era un lugar hermoso, parecía una casa por el tamaño, me fascinaba la decoración era casi toda blanca, en las paredes habían figuras de flores echas como de yeso que subían hasta el techo había un comedor donde una señora estaba sirviendo comida, una sala y un ventanal que daba a un pequeño jardín o terraza donde había arbustos, arena roja y unas sillas de metal pintabas de blanco. Salía a la puerta principal que daba a otro pasillo y veía que la puerta era blanca con herreria negra de flores, había un corazón rojo pequeño y el número 2. Había otras puertas idénticas. Parecía un edificio de departamentos.
Al final del sueño era de noche, me parecía que estaba de visita en la casa de una amiga que vivía en frente y ayudaba a barrer hojas secas en la banqueta, fue ahí cuando emulando lo qué pasa en un viaje astral salía de ese cuerpo o personaje y pude verla era una mujer quizá un poco mayor que yo, con el pelo corto y claro, después regresaba a ella y entraba a la casa de aquella amiga de la que no recuerdo bien el físico, me sentía esperanzada y alegre. Me daban una limonada, me despedía y regresaba al edificio donde vivía.
Ahí desperté por que sonó el teléfono. Y llegue tarde al trabajo.
Ayer por la tarde me sentía bien, había regresado del gimnasio, estaba doblando la ropa limpia en la mesa y escuchando un audiolibro con audífonos. Percibí entonces una luz intensa que entraba por la puerta, como los rayos del sol de la mañana entran por las ventanas. Pero la puerta estaba cerrada y aunque hubiese estado abierta era una tarde nublada. Fue algo imaginario que me pareció tan tangible.
