viernes, agosto 17, 2007

No más apuestas


Al despertar hoy, me confié. Sabía que no tendría la clase de las ocho y decidí obsequiarme unos momentos más de sueño, no recuerdo exactamente que estaba soñando pero seguro algo agradable, como siempre pasa cuando ya es hora de despertar... Dieron las 8:00am y empecé a apostarle tiempo a la mañana... de 5 en 5 minutos comencé a retar a mi celular a que volviera a despertarme... son esos 5 minutos decisivos tan peligrosos y a la vez tan apetecibles, son ellos la diferencia entre llegar derrapando antes de que se cierre la puerta o llegar justo recién cerrada a darte de topes y esperar con aflicción a que vuelva abrirse sabedioscuando... y si es que se abre. Aah... pues bien, se me hizó tarde, no llegué y no lo hice por que no quisé hacerlo. ¿Que ocurre? Cuando voy a aprender que no debo apostarle al tiempo... en fin llegué al hospital tarde y salí temprano. Dulces ironias.

De camino de vuelta a mi casa, se subió a la micro una chava, se sentó transversal en el asiento y eso me llamó la atención, me parece que observaba a un muchacho sentado cerca de ahí. Ella era alta de piel blanca y cabello castaño claro peinado en trenzas y de complexión más bien endomorfica, simpática, después de observar al chavo por varios momentos y hacer un gesto entre decepción y astiamiento sacó de su mochila un libro, he ahí la razón por la que la mencionó... era un libro de Pérez Reverte (me sorprendí) cuando empezó a leer sólo se veía parte del título... "La rein.... era... La reina del sur, un libro que no terminé de leer el año pasado, pero muy bueno por cierto, sentí entre envidia y curiosidad, creo que sólo soy demasiado entrometida. Después de eso llegué a mi casita y ya no supe si el muchacho del micro recuperó o no la atención de la chica. Pero no creo :P

Hay una parte muy buena en ese libro que hoy quisé releer pero cuando busqué el libro en mi casa no lo encontré.

A veces es entretenido ver a la gente en el metro o en el micro, seguramente todos nos miramos sin notarlo y sacamos suposiciones o conclusiones irrelevantes, incomproblables o simplemente estupidas, pero a la vez inevitables inherentes al ocio cotidiano.

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