Es en ese efímero e
irrevocable instante
en el que el presente
se hace pasado
es ahí, donde
vive la melancolía...
Y esta, inquieta
nos persigue y encuentra
en tanto más tratamos
de escaparle...
Huyamos juntos pues,
amor... vivamos en
las mañanas soleadas,
en los colores que
no existen, en las sonrisas
despreocupadas, quizá
en una nota alta y en
las poesías que persisten...
¡Oh dulces desvarios!
Ven amor y desafiemos
tú y yo al caprichoso
hechizo del tiempo.
[A.L.T.]
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