"Mañana en la batalla piensa en mi y caiga tu espada sin filo: desespera y muere" "Pese yo mañana sobre tu alma, sea yo plomo en el interior de tu pecho y acaben tus días en sangrienta batalla: caiga tu lanza". "Piensa en mí cuando fui mortal: desespera y muere" "Esa desdichada Ana, tu mujer, que nunca durmió una hora tranquila contigo, llena ahora tu sueño de perturbaciones. Mañana en la batalla piensa en mi, y caiga tu espada sin filo: desespera y muere"
Algunas noches, durante el conticinio me he encontrado aún despierta y creído a mi misma "haunted" o haber deseado: pesar al día siguiente sobre el alma de alguna que otra persona... sin desearlo realmente supongo...
y es que desde hace un par de semanas tengo un coraje atravesado, el coraje o la contrariedad de ver a mi familia mermada de un miembro que se desprende caprichosamente, a veces nos (me) cabrea ver que las personas que queremos (quiero) no son felices y sentenciamos (o lo hago yo) al causante de esa infelicidad, sin conocer razones: "que pese el recuerdo sobre tu alma, caiga tu espada sin filo y desespera" . Cuanta razón tienen Johny y Edmundo Dantés: el castigo como compensación moral para el agraviado del crimen cometido... y aún así, es algo ya inútil, de cualquier manera.
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